Por: Patricia Saavedra (Enviada especial a Arequipa)
Este domingo 6 se presenta en HAY Festival en conversatorio con Jeremías Gamboa, sobre su libro de memorias “Yo vengo a ofrecer mi corazón”.
Susana Baca tiene una áurea única, a donde va posee ese halo de candor y seducción que cautiva a quienes tienen el privilegio de cruzarse en su camino. La ganadora de tres Premios Grammy latinos no es la excepción en la ciudad de Arequipa, en donde se encuentra en calidad de invitada especial para participar en la octava edición del HAY Festival.
“Vamos a hacer una conversación con Jeremías Gamboa sobre porqué escribo mi libro en este momento y, a estas alturas de mi vida, escribo estas memorias. Y seguramente en medio de esto vamos a recordar cosas que ya hemos repasado con él, entrevistándome a mí, haciendo periodismo conmigo” dice nuestra consagrada intérprete sobre este esperado encuentro que será el domingo 6 de noviembre a las 6.00 pm en el Teatro Fénix de la Ciudad Blanca.
Y es que en “Yo vengo a ofrecer mi corazón”, primer tomo de sus fascinantes memorias, ella relata episodios que la marcaron muchísimo en su infancia e inicios en el trajín artístico. No puede faltar la evocación a Carmen, su madre, quien templó su carácter e inculca el amor a sus raíces afroperuanas. Sin embargo, hay muchos capítulos de su vida que se han quedado en el tintero y que, próximamente, serán desarrollados en una nueva entrega, como su paso por los más importantes escenarios del mundo y su breve recorrido en el ámbito de la política.
Susana es totalmente consciente de todo el alto de cosas que ha hecho desde que decidió pisar los escenarios por eso está segura que vienen más libros. ”La única dicha maravillosa es cantar y que la gente sienta esa energía, porque la gente que a uno la escucha, muchas veces, no habla español, no entiende lo que les estás diciendo, pero se emocionan hasta las lágrimas”, manifiesta.
La pandemia la fortaleció, esa entrega maravillosa, a capella, de “Yo vengo a ofrecer mi corazón” de Fito Páez, sin ningún acompañamiento musical más que el de su inspiradora voz, fue un bálsamo para quienes sufrían los estragos de la Covid-19. Una voz que llegó oportuna en un momento en que el que la desolación se apoderaba del planeta. Y, sí, también fue el punto de partida de esta serie de historias de su existencia plasmadas en el primer libro, que ya encandilan a más de uno.
Susana muestra su preocupación sobre el fraccionamiento que vive nuestro país, pero también recuerda la etapa solidaria durante la pandemia. En el pueblito de Cañete, donde reside, los vecinos recolectaban víveres para quienes estuvieran enfermos y se cuidaban unos a otros para que nadie se contagie y no salgan, sin embargo algo se trastocó.
La artista alega que, si bien no se ha perdido la solidaridad, el ambiente político se caldeó y todo se invirtió. “No somos capaces de tolerar que la otra persona piense diferente, no sé qué podemos hacer, el arte es siempre una buena ayuda” reflexiona.
Evoca que una de sus experiencias más terribles en estas elecciones fue como miembro del Tribunal de Honor del Pacto Ético Electoral del JNE. “Me tocó ver con qué desprecio trataron a las mujeres que postulaban a un cargo político. Y después el racismo, al punto que la consigna era hay que ir a matar a los serranos, además de ataques a personas con opciones sexuales distintas. Pensé que habíamos avanzado un poco en todos estos temas, pero fue muy triste comprobar que no”.
Susana está convencida que los artistas necesitan crear obras, pinturas, esculturas, teatro, danzas y música. “Hay dos jóvenes raperos que están haciendo un trabajo interesante, ellos están haciendo la nueva canción política.”
Susana está desencantada de la política, pero asegura que si la volvieran a convocar para algún cargo público, está a prestar a seguir colaborando en el desarrollo de este país. “Podemos aprender y cultivarnos mucho más para que nuestro país sea un lugar de gente inteligente”
