Lima 16 de marzo. Un día como hoy, en 1892, nació el ilustre poeta y escritor, César Vallejo, quien es considerado como una de las más grandes figuras de la literatura hispanoamericana y el más importante poeta peruano. Vallejo fue parte del movimiento vanguardista y su trabajo sobresale por tener un estilo único.
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Sus primeros y más conocidos poemarios fueron “Heraldos Negros” y “Trilce”. El primero fue escrito en 1918 y refleja la búsqueda de la diferenciación expresiva, además, muestra la angustia existencial, la culpa personal y el dolor. El segundo poemario, escrito en 1922, es considerado como una obra cumbre de la vanguardia poética, ya que presenta la creación de un lenguaje poético personal.
En 1924, el escritor se muda a París en busca de nuevas experiencias y durante esta etapa nace la novela social“ El tungsteno”, publicada en 1931. El texto es una denuncia contra los peligros de la penetración imperialista en el Perú que se realiza por intermedio de las grandes transnacionales mineras, las cuales son apoyadas por la oligarquía local, así como por otros oportunistas, cuyo único interés es el mayor lucro posible.
En este pequeño repaso de la obra de Vallejo no podemos dejar de mencionar el cuento corto “Paco Yunque”, una denuncia social sobre el abuso de los ricos hacia los pobres. El relato cuenta la historia de un niño que durante su primer día de clases debe soportar los maltratos y humillaciones de otro niño, hijo de los patrones de su madre.
César vallejo falleció el 15 de abril de 1938 en París, por una reactivación de paludismo, la cual sufría de niño. Sus restos fueron trasladados el 19 de abril a la Mansión de la Cultura y luego al cementerio de Montrouge ubicado en la capital francesa. Después de 32 años, el 3 de abril de 1970 su esposa trasladó sus restos al cementerio de Montparnasse.
Piedra negra sobre una piedra blanca
Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París – y no me corro –
tal vez un jueves, como es hoy de otoño.
Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y,
jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme solo.
César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro
también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos…
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