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Opinión

La esquina de Carina: Muchas preguntas para y desde “Bicentenario”

Escrito por: Carina Moreno Baca

Ad portas de cumplirse 200 años de la Independencia del Perú surge la pregunta ¿realmente somos libres? Ocho actores y actrices de la mano del director Ricardo Delgado exploran la respuesta y sin dudas, nos dejan más preguntas. ¿Pero ese no es al final de cuentas el rol del teatro? “Bicentenario” es el nombre de la creación colectiva producida por la ENSAD para reflexionar en torno al aniversario patrio explorando en textos y documentos, pero también en los sentires y pareceres de los participantes del proyecto,
Alexis Caballero, Juliet Pacahuala, Rafael Mena, Katerin Ganoza, Kelly Carrillo, Allison Huarcaya, Dennis Gutarra y Jorge Luis Castillo, de la mano de Delgado, nos llevan a manera de una tribu que marcha, juega, pelea y recuerda, por los vericuetos de la historia de la independencia. Los protagonistas no son José de San Martín y Simón Bolívar, sino aquellos personajes como José Olaya, Tomasa Tito Condemayta, Micaela Bastidas, etc. Personas como cualquiera de nosotros a los que les tocó asumir un rol fundamental y que decidieron sacar adelante a su país, aún a costa de su vida.

La pregunta es: ¿reconoció la patria naciente el esfuerzo de los ciudadanos anónimos que lograron cumplir su papel y sobrevivir? La historia nos recuerda que no, que volvieron a ser seres anónimos y que se negaron pensiones de subsistencia a quienes las pidieron. ¿Para quién fue la independencia? ¿Para qué luchó el ciudadano común? Muchas preguntas sobre la que ahora, 200 años más tarde nos toca reflexionar.

Durante dos semanas, del 8 al 24 de julio, la ENSAD difundirá a través de su cuenta Facebook esta puesta en escena creada para la presencialidad, para el convivio. Los actores están sobre el escenario del Teatro Roma, gestionado por la ENSAD y los escudriñamos a través de una pantalla. Los ocho personajes llevan una camisa con reminiscencias militares y unas polleras. Con este vestuario se transforman en los personajes y actúan en tropa, casi coreográficamente. Unos palos largos coronados por cintas de colores son el único elemento que se transforma en un arma de fuego, una lanza o una espada a cruzar.

Quedan aún unos días para verla y queda la esperanza de verla, en vivo, cuando sea posible y seguro. Hasta entonces, la invitación para disfrutarla en la virtualidad está hecha.

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